Ovallina representó a la Arquidiócesis en Asamblea Sinodal del Cono Sur

Como parte de los Encuentros Regionales de la Etapa Continental del Sínodo de los Obispos 2021-2024, se realizó en la capital de Brasil la Asamblea Sinodal del Cono Sur, acogiendo desde el lunes 6 al viernes 10 de marzo a representantes de las Conferencias Episcopales de Paraguay, Chile, Argentina, Uruguay, además del país anfitrión.

Como parte de la delegación chilena, acudió en representación de la Arquidiócesis de La Serena la laica ovallina Yasna Tapia, perteneciente a la parroquia “San Vicente Ferrer”, quien comentó que su motivación para participar fue “escuchar y compartir las distintas experiencias de sinodalidad de otros países, así como también en las diferentes circunscripciones eclesiásticas del país”, añadiendo que fue una experiencia “muy enriquecedora, pues al compartir nuestras experiencias me di cuenta de la similitud en los deseos, problemas y anhelos que hay entre las naciones que participamos”.

Escuchar para volver la mirada a Cristo

En conversación telefónica con Yasna, nos comentó que viajó con muchas expectativas en este proceso: “me hace soñar con una Iglesia que vuelva su mirada a Cristo y así pueda dar respuesta a las necesidades de hoy. Sabemos que los cambios no son de un día para otro, son procesos que a veces se ponen difíciles para concretar, pero no me cabe duda que con la ayuda de Dios se puede conseguir”.

Además, agregó que estas jornadas de escucha abierta son “un gran paso y el único camino para poder superar los obstáculos que hoy se nos presentan como Iglesia y, sin duda, es el comienzo de una nueva forma de trabajar. En todas las intervenciones de los grupos de trabajo se habla de la escucha del corazón, con conciencia, de aquellos que se fueron y quienes se sienten marginados”.

Para finalizar, envió un mensaje a la comunidad arquidiocesana, invitándoles a que “no dejemos de soñar con una Iglesia que está abierta para todos. Para eso, es necesario el compromiso y la corresponsabilidad, desde el lugar que ocupamos, ya sea como laicos o consagrados, pero que nos involucremos en el camino sinodal que nos desafía a diario a “ensanchar la tienda”.