Agricultura
Avanza mejoramiento genético de cerezos adaptados a condiciones de Ovalle, ya hay una selección en etapa pre-comercial
El cultivo del cerezo despierta un gran interés en los agricultores de la provincia de Limarí y toda la Región de Coquimbo, y es que sus altos precios a nivel internacional (sobre todo los primores) donde su principal mercado es China y menor requerimiento hídrico que otros cultivos tradicionales de la zona, como la uva de mesa, han hecho de este fruto una apuesta interesante de negocio, lo que se ve reflejado en la expansión de la superficie cultivada de este frutal en la zona.
Y si bien la cereza de por si se cultiva en regiones del centro sur del país, obtener una variedad local adaptada a la zona podría ser posible gracias al Programa de Mejoramiento Genético que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA-Biofrutales viene desarrollando desde el año 2010 en el país y desde 2017 en Talhuén, Ovalle.
La idea es que a través de evaluación de segregantes se puedan desarrollar variedades tempranas para ocupar un nicho donde hay pocas cerezas, las cuales se adapten a las condiciones agroclimáticas de la zona.
“Este programa lo que busca es obtener un producto que sea comercial y que sea adaptado a la realidad regional, visualizamos una oportunidad interesante en el desarrollo del cultivo de la cereza en la región de Coquimbo”, sostuvo Daniel Gómez, ejecutivo de proyectos de CORFO, institución que co- financia el Programa de Mejoramiento Genético del Cerezo, ejecutado por INIA y apoyado por Biofrutales, compuesta por cuatro empresas, vivero El Tambo, vivero Los Olmos, Univivero y A.N.A.
Para Rodrigo Cruzat, gerente de Biofrutales, “este proyecto es muy importante, porque se viene a sumar a otras iniciativas de mejoramiento genético en uva de mesa, en manzano, en arándano, en durazno y nectarines, pero con una particularidad y es que este programa de mejoramiento genético llega muy a tiempo, muy a tiempo para la industria chilena en particular y para el desarrollo de esta región”.
La selección 21
Si bien los programas de mejoramiento genético son de largo aliento, pudiendo tener sus primeros resultados no antes de los 14 años, el Programa de Mejoramiento Genético INIA-Biofrutales podría tener ya su primera selección el 2025. Así lo adelantó José Manuel Donoso, investigador de INIA Rayentué, especialista en mejoramiento genético de frutales y encargado de este programa, el cual se desarrolla también en la Región Metropolitana y del Libertador Bernardo O’Higgins.
“Estamos muy contentos, muy satisfechos, el mejoramiento genético en especies frutales, en especies leñosas de este tipo, en el mundo toma un tiempo entre 14 y 20 años. Como sabemos que se requieren nuevas variedades y el tiempo es muy prolongado para las necesidades, en una selección avanzada hicimos un fast track, y ya tenemos una selección en evaluación precomercial que es la selección 21”.
Se trata de una variedad bicolor, más firme y más roja que la Rainier, siendo la primera, en esta etapa, mientras que las selecciones 5, 15 y 16 se encuentran en selección avanzada y ya hay 48 selecciones intermedias.
“En los próximos dos a tres años este programa podría estar liberando su primera variedad y eso significaría la madurez del programa y que de ahí en adelante la salida de nuevas variedades va a ocurrir con mayor rapidez” explicó Donoso, añadiendo que eso significaría que el productor podrá contar con alternativas de variedades mejoradas genéticamente en Ovalle es decir, evaluada bajo las condiciones agroclimáticas in situ.
Para los productores, quienes participaron del Día de Campo anual en la parcela experimental de Talhuén en Ovalle, donde conocieron los avances del programa, se trata de una gran oportunidad.
Así lo señaló Lorena Pinto, Product Manager de A.N.A. Chile quien valoró los avances del programa, “Ovalle necesita volver a ser primor , yo creo que está perdiendo ese lugar, porque con las tecnología de mallas y de túneles, la zona central está sacando variedades tempranas y variedades que van a competir con lo que salga de acá, por lo tanto es muy importante buscar selecciones adaptadas a esta zona y que con tecnología puedan competir y volver a restaurarle la calidad de primor a la zona de Ovalle”.
Ulises Contador, agricultor de Mercedes Limarí y director de la Sociedad Agrícola del Norte, sostuvo que lograr esta genética es muy importante y valoró el trabajo de INIA en el territorio, “hoy tenemos una ultra dependencia de genética de afuera, entonces tener algunos puntos de independencia creo que es muy bueno e INIA lo está haciendo de forma seria, ha avanzado y afortunadamente estamos colaborando con un test block con algunas variedades bicolores como la selección 21”.
El secretario regional ministerial de agricultura de la Región de Coquimbo, Hernán Saavedra destacó el programa ya que se traduce en un avance para la agricultura regional. “La generación de este tipo de cerezas, nos permite tener una mayor competitividad con otras regiones del país, que destacan por la producción de este tipo de fruta. Cómo Ministerio de Agricultura valoramos este trabajo, que además destaca por ser un cultivo de bajo requerimiento hídrico, y que gracias a los componentes de innovación incorporados por INIA, brinda una real alternativa a los productores de la zona, que ante los diversos fenómenos presentes en la región, generados a partir del cambio climático, buscan por una parte una reconversión de su actividad productiva, que les permita abrirse paso a nuevos nichos comerciales”.
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